el sexo convencional estricto, es como aquel cliente que entra en una heladería italiana de ensueño, repleta de sabores, colores y texturas, con miles de variaciones, y pide al dependiente: "Por favor, uno de vainilla"

miércoles, 30 de mayo de 2012

Jamás me volveré a despedir en la estación con un pañuelo blanco... JAMÁS

Hace unos días os mencioné que os hablaría del código de pañuelos de colores. Pues bueno, eso fue una idea que surgió en San Francisco en aquella época en la que la homosexualidad en que estaba prohibido. En aquella época era un forma de identificarse.
Para ello lo único que tenías que hacerte era coger uno de estos pañuelos que la gente se pone en el pelo o al cuello y te lo ponías o bien al brazo atado, en la trabilla del pantalón o metido en el bolsillo del vaquero... vamos, de mil formas.
Lo primero que debemos saber es que la posición en que fuese el pañuelo indicaba tu rol en el sexo: en el lado izquiero indica que tú eres el activo o el dominante y en el derecho que pasivo o sumiso.
Bueno, una vez ya sabiendo esto vamos a desglosar que significa cada color:

Blanco: novato 
Encaje blanco: corsés y ropa interior
Rosa: tratar como a un bebé
Rojo: fisting 
Rojo vampirismo: (bueno, depende, porque yo por los de Crepúsculo, ni pagando me lo ponía)
Púrpura: juegos con agujas, piercing 
Naranja: de todo (y digo yo, ¿por qué no uno arcoiris?) 
Mostaza: juegos con alimentos (lo típico, que te metan un calabacín)
Amarillo: lluvia dorada
Limón: sounding
Oliva: disfraces y situaciones militares
Verde: prostitución
Azul turquesa: sadomasoquismo suave
Azul claro: mamadas
Azul oscuro: sexo anal
Lavanda: orgías
Marrón: scat
Gris: bondage
Negro: sadomasoquismo duro


A mis oídos han llegado que todavía hay gente que lo lleva... ¿Debería empezar a llevar yo pañuelos en el brazo y en el vaquero?



lunes, 28 de mayo de 2012

Dilatando progresivamente

Hoy os quiero hablar de una experiencia que me ocurrió anoche. Ya os mencioné en mi anterior post la existencia de los plug (también son conocidos como butt plug o anal plug) que son muy útiles a la hora de dilatar para el fist.

Bueno, para poder ser fisteado es necesario tener gran capacidad de dilatación y esto sólo puedo conseguirse mediante entretenamiento y mucha paciencia. Hace un par de meses que me compré mi primer plug, de unos 3.5 cm de díámetro. Al principio me costaba un poquillo meterlo, para que vamos a negarlo y para poder hacerlo tenía que poner lubricante y usar un poco la paciencia, de todas formas tampoco era capaz de utilizarlo durante largos períodos de tiempo, porque me acababa molestando. Una vez me acostumbré a él, lo que vienieron a ser unas tres semanas, un mes me fui de viaje a una de mis ciudades favoritas en el extranjero y que conozco bastante bien, la verdad. Pues estando allí me decidí ir a una de las mayores sex shops que hay en Europa para cotillear (oler pucheros, como se diría en mi pueblo) a ver si veía otro plug que me llamara la atención. El caso es que estando allí vi uno que, exactamente, me llamó la anteción. Era sensiblemente mayor que el mío y en color rojo (muy bonito, además el rojo es mi color favorito.... aaah, recordadme que un día os hable de los códigos de colores en los pañuelos dentro del mundo homosexual y dentro del mundo BDSM, ya veréis que curioso). Claro, yo estaba todo atacado porque estaba deseando probarlo, pero no está bonito usar un cacharro de estos en el hotel donde estás con otras 7 personas en la habitación (si, somos estudiantes, no podíamos permitirnos una habitación más pequeña)

Llegó el momento de llegar a España, a mi casa, y zumbando que lo intenté usar. Lo primero de lo que me di cuenta es de que entraba bastante mejor que el otro, porque la superficie no eran "gomosa" y no se iba quedando enganchado a cada tramo que me iba metiendo, pero también hemos de tener en cuenta que el diámetro (5 cm) era bastante mayor y por tanto a la primera no pude metérmelo. Puero bueno, soy cabezón como yo solo, entonces seguí intentándolo y al cabo de unos días fui capaz de meterlo hasta que se quedaba ajustado. Y ese momento lo que sentí sólo puede ser resumido en el siguiente pensamiento "¡Joder!¡Pero qué duro es esto!" Estaba acostumbrado al otro, que pese a entrar peor una vez dentro se ajustaba mucho mejor. En este caso no era el plug el que se acomodaba a mi anatomía, sino mi anatomía la que se acomodaba al plug. He de reconocerque ha sido un camino duro, pero al final lo he conseguido y he llegado hasta el punto en el que soy capaz de ponérmelo sin usar lubricante ni nada. Además a la hora de masturbarme resulta especialmente placentero, pese a la rigidez inicial. Ya os digo que es todo cuestión de amoldarse.

Pero bueno, no todo acaba ahí, sino que recientemente adquirí uno nuevo. Y os preguntaréis: "¿por cuánto vas ya?" Pues ni más ni menos que son 7.5 cm. Y me lo compré hace 3 semanas o así y hasta ayer por la noche no fui capaz de usarlo completamente. La situación ya era más bien desesperante, porque tardaba un montón de tiempo y no era capaz de meterlo entero, tenía la sensación de que rozaba con mis huesos y me daba casi un poco de miedo. Pero ayer por la noche me animé de nuevo. Poco a poco fui calentando y cada vez empujando más y notaba como se metía, pero automáticamente mi cuerpo lo sacaba. Yo se lo permitía hasta que llegado un punto cogí y le di el empujón final. ¡La Virgen! Fue una sensación de estar completamente relleno, además que automáticamente mi ano se cerró empujándolo para adentro.

Pues ya estando en esta tesitura, y no os voy a negar que yo estaba en ese momento algo más que cachondo, me puse a masturbarme. No voy a ponerme a hablar de más detalles, pero sólo os diré que gracias al trasto este he tenido el mayor orgasmo de mi vida haciéndome una paja. Eso sí, para sacarlo después.... costó un poquillo, pero esto con el paso del tiempo sé que se solucionará y será como con el resto, que sin lubri ni nada me lo podré meter entero

sábado, 26 de mayo de 2012

Relleno como los pavos


Curiosamente y por avatares del destino, el día antes de conocer a "El Maestro" en vistas de que yo ya estaba interesado en el tema fisting pues había decidido comprarme un plug anal. Para los que no sepáis lo que es esto es una especie de consolador que van dilantando desde la punta hasta cierto punto (punto de máximo diámetro, que es lo máximo que puedes dilatar con el cacharro) y luego se estrecha bruscamente en un cilindro y al final tiene una base.

El plug gracias a esta forma permite quedarse alojado durante bastante tiempo en el ano, evitándose su escapada gracias a la brusca disminución de diámetro.

El que yo me compré por primera vez tiene unos 3.5 cm de diámetro y yo recuerdo que al principio, para poder métermelo tenía que ponerme un montón de lubricante y no podía tenerlo puesto durante mucho tiempo. De hecho os cuento todo esto porque os voy a contar el juego que da cuando tienes un compañero con quien jugar (en mi caso, "El Maestro").

Bueno, pues el caso es que la segunda vez que fui a quedar con él le dije que tenía uno, y me "ordenó" que me lo pusiera y fuera a su casa a verlo con él metido. Claro, yo no tenía asumido que su intención era que yo fuese por la calle con él metido. Pero entonces me lo explicó y yo lo hice. No sabéis la inseguridad que da eso, a la vez que morbo. Piensa, lector, que yo soy pasivo, entonces tener algo metido por el ano... pues como que me pone tontorrón, ¿no? Pues si vas con el plug puesto por la calle, según vas a andando se va moviendo, entonces tienes que ir apretando y segun aprietas se mueve. Entonces vas con la inseguridad de "ay, que se me sale" a la vez del morbo de "pfff... lo llevo dentro... y me encanta" porque es similar a tener un pene metido.

El caso es que en este caso me ganaba la inseguridad entonces iba continuamente tocándomelo, lo cual da una imagen bastante fea. Y de hecho "El Maestro" me lo dijo después que nos fuimos a dar un paseo mientras lo tenía puesto. Cuando yo le decía que notaba como si se fuese a escapar, era él el que con una palmada me lo metía... y hasta el fondo, de tal forma que a veces resultaba un poco incómodo, pero a la vez... pffff.... tremendo.

Ahora ya he llegado al punto de que puedo dormir con este plug y de hecho algún día he salido a desayunar tranquilamente con él puesto. Ya os contaré más batallitas con plugs

jueves, 24 de mayo de 2012

Sondando profundidades

Nonononononono, no me he equivocado y he puesto sondando en lugar de sondeando, para nada. De lo que hoy voy a hablar es de otra forma de pasarlo bien no convencional que en inglés se llama "sounding". Todos tenemos ese pánico a que nos sonden, es decir que nos metan un tubo por la uretra porque nos han dicho que eso duele a horrores.

Obviamente, no seré yo quién lo desmienta, si lo hace un médico y lo hace a lo bestia. Pero si tienes una varilla de plástico ligeramente ondulada y hecha específicamente para irse acoplando a la forma del pene y que se va ensanchando de forma gradual... ¿a qué suena diferente? Pues bien, eso fue lo que probé yo el día de la cadena y el puño también (sí, como podéis ver, fue un día muuuuuy completo).

Pues bien, ahí estaba yo, en brazos de "El Maestro" y veo como le echa mano al cajón de los utensilios y saca lo que os he descrito. Una varilla de plástico pulido, transparente y ondulado. A mí me recordaba a una serpiente. Entonces coge y me dice: "¿Quieres probar?" y yo asentí. En en ese momento me encontré con que me la estaba metiendo muy despacito por el agujerito de la uretra (vamos, lo que todo el mundo conocemos como el agujero de la polla, básicamente) y que no la apretaba, sino que gentilmente la iba empujando. Gracias a la formita ondulada que presenta, la "sonda" iba girando sobre sí misma, ya que él no la estaba sujetando fuerte, de tal forma que se iba acoplando a mis formas. Según iba bajando por arriba entrada una parte con un diámetro mayor y el sentirla rellena... puffff... me iba poniendo muy malo, la verdad. Imagina, si cuando te masturban o te tocan por fuera con la de nervios que hay cómo se siente, pues ahora por dentro, que todavía hay más terminaciones nerviosas. Además, como ya os he dicho, lo iba empujando gentilmente, entonces no hacía para nada daño (y mira que ciertas dosis de dolor las soporto y de bastante buena gana). Luego me dice él "ahora hazlo tú" entonces empecé despacito a empujar y cuando notaba el tope, paraba y esperaba, y empujaba un poquito más. En todo este mientras yo estaba concentrado en este ejercicio, pues... me empalmé, porque de verdad la sensación que da es como si te estuvieras haciendo una paja, pero desde dentro, y ya si él otro se pone a masturbarme por fuera. La sensación era rara y extrañamente placentera, la verdad. Además ya os digo yo seguía "dentro y fuera" mientras que él seguía "arriba y abajo". Para mí era como una doble masturbación sobre mi persona.

Se supone que con el paso del tiempo si sigues practicando el "sounding" como todo esfínter (y de esto, los pasivos entendemos) acaba dilatando. He llegado a ver vídeos de gente metiéndose dedos enteros y, la verdad, no parece que lo pasen para nada mal. Y ya, me han contado de gente que llega hasta a poder alojar penes enteros por la uretra. Eso sí que tiene que placentero... follar y que te follen simultáneamente.

Otra día, recordadme que os hable de otro hobby, que puede ser que se de un airecillo a éste que se conoce como "docking"

sábado, 19 de mayo de 2012

Encadenado, de manera alternativa

Había pensado en hablar de toda la primera sesión que tuve de sexo poco convencional, pero conforme me puede a escribir me di cuenta de que iba a ser tan sumamente largo que simplemente al ver el tochaco de texto la gente se iba a aburrir. Así que he decidido contarlo por partes.
Hace un par de post os contaba cómo fue mi primer intento de ser fisteado. Y como leísteis, pues como que no lo conseguí, pero conseguí un montón más de cosas. Os decía que el tío con el que lo probé estaba metido en el mundo del BDSM y como yo soy muy curioso, me gusta probar de todos, pues me empezó a hacer propuestas y yo se las seguí. Digamos que, ese día fue para mí como ir a la heladería y tomar un poquito de cada helado a ver cuál me gustaba. 


Después de probar infructuosamente a meter el puño, aunque no lo consiguiese, lo que sí que había pasado es que yo había dilatado un montón. Entonces al “Maestro” se le ocurrió una idea. Él ya lo había hecho alguna vez, pero yo no tenía ni idea, jamás siquiera se me había pasado por la cabeza lo que estaba a punto de proponerme. A “chain fuck”. Todo sabemos de la existencia de bolas chinas y como funciona, es decir, sigue un secuencia “estrecho, ancho, estrecho, ancho. Esto es similar. Consiste básicamente en meterme un cadena con eslabones, más o menos grande por el culo. Pero no 10 cm de cadena, sino un metro y pico. Pues en esa tesitura me encontraba yo, con las piernas en alto y un metro de cadena de metal FRÍA entrando y yo notándolo. No voy a negarlo, se siente, cuanto menos, raro. Pero eso no implica que no sea placentero. En esto que el otro salta: “No veas como traga” y yo, obviamente, exploté a reír. Y mientras me reía entró entera, metro y pico de cadena alojada en mis tripas. Me dice el “Maestro” y ahora anda con ella. Eso sí que fue raro, raro, raro. Yo soy así, bastante delgadito, y de repente notar todo ese peso dentro, pues… me sentía pesado. Pero bien, de hecho me sentía supercaliente con la cadena metida.

Después de un rato, con ella dentro, me la sacó (obvio, microbio, no me iba a pasar toda la vida encadenado, ¿no?). Y el nota como iba saliendo uno a uno los eslabones… pufff… Dilataba y contraía con cada uno. Era increíble, de verdad y para nada, para nada, doloroso, si es la duda que os corroe. Eso sí, después de sacarlo me quedé relajadísimo, como nuevo, pero aún quería más...

viernes, 18 de mayo de 2012

Mi primera experiencia en el bondage

Ocurrió hará unos 3 ó 4 meses. Yo me había líado ya con un tío, un poco mayor que yo, y la verdad es que la cosa había ido bastante bien. Por lo visto no tenía mucha experiencia (según él, nada) como activo y sin embargo a mí consiguió arrancarme más de un gemido, para qué lo vamos a negar. El caso es que el muchacho tenía, cómo decirlo, vamos que estaba muy bien dotado, ¡vaya! El caso es que por aquella época, yo el tema fisting ni lo había tocado y era bastante estrecho. Pues el tío consiguó metérmela, sin que me doliese lo más minimo (hay que ver... con lo quejica que era yo) y sin lubricante.

En vista de esto, yo quise repetir. Él y yo seguíamos hablando por la página en la que ambos estábamos registrados y un día, salió el tema. Yo le conté que siempre me había atraído la idea de hacerlo y que yo estuviese atado. Pues él me contó que tenía un juego de esposas de tela y me preguntó que si quería probar. Yo le dije que sí, pero que estaba acojonado (bendita inocencia) y el caso es que ese finde me fui a su casa.

Llego a su casa y me encuentro en la mesita de noche todo un pequeño arsenal de juguetes, dildos diferentes y las esposas. Yo cuando vi eso, en mi falta de experiencia me dio por reir. Bueno, pues no ponemos al tema y en cierto momento me dice: "quieres que te espose?" Y yo le dije que sí... ¡error! El tío, la verdad es que no tenía mucha idea, pese a que él me dijo que las había usado con cierta frecuencia. Vamos, que al final me las tuve que poner yo y aquello fue un pitote, porque... ¡La Virgen! ¡Qué complicado de poner era eso! Al final conseguí ponérmelas, eh? Pero a mí eso me daba mucha vergüenza, para seros sinceros. Además el tío me colocó boca abajo y me dio un azote y a mí que me salió de dentro "¡Oye!¡Un poco de respeto!" Para mí fue una de las situaciones más antimórbicas de toda mi existencia, pero bueno... en esta vida hay que probarlo todo, ¿no? No te vas a quedar siempre con la vainilla.

El caso es que he seguido probando el bondage y los azotes más adelante y me gusta. Lo que pasa es que probablemente él no me inspirara o que yo no estuviera preparado

miércoles, 16 de mayo de 2012

Mi primer intento

Hace ya meses que llevaba dándole vueltas a una idea en mi cabeza. Yo siempre pensaba... "tío, estás loco". La idea era que quería que me metieran un puño por el culo. Así, sin dar más vueltas. Me acuerdo de haber llegado a vídeos de eso que llamaban fisting y yo recuerdo las primeras veces que lo veía, que me quedaba asustado. Pero el caso es que llegó un día, no sé cómo en el que dejé de llegar por azar a esa clase de vídeos. Era yo el que lo iba buscando. Me encanta ver como se abrian los agujeros al tener la mano. Primero un dedo, luego dos, luego tres, cuatro... ya cuatro me parecía un abuso, la verdad; ¿para que lo voy a negar? Pero bueno, yo mi cuenta empecé a intentarlo, y me gustó. Luego empecé a intentar con el puño, pero nada, que no entraba. Entonces, un día, en una de estas páginas de perfiles, un tío me habló porque me había visto en unas fotos, que le llamaba la antención lo que hacía (no era nada sexual, que quede claro). Cuando llegué a su perfil vi que tenía puesto "fisting: activo y pasivo"). Pues yo se lo mencioné, que era algo que me llamaba la atención y que me gustaría probarlo.

Quedé con él, en su casa, y yo después tenía otros compromsisos, pero supuestamente habíamos quedado para conocernos pues yo supuse que luego seguiría con mi plan.

Pues bueno, llego a su casa y nos ponemos hablar con el jiji y el jaja y cuando me doy cuenta, se me lanza encima y me tira contra la cama y me saltá "¿A quién le voy a meter yo el puño?". Y en mi fuero interno sonó: "A tomar por culo los planes de después". Y empezamos con el tema.

El tío me desnudó me levantó las piernas y me hizo cruzarlas un poco. Entonces, sin lubricante ni piedad me metió hasta cerca de los nudillos acompañado de la afirmación "'¡Qué bien dilatas!" Ni yo cabía en mí de la emoción, ni el puño de él dentro de mí, pero bueno. El caso es que el "Maestro", por ponerle un nombre, empezó a trabajar. Usó mucho lubricante y me hizo todo lo que podía. Me metía hasta donde podía (jamás más allá de los nudillos, lamentablemente), daba vueltas, me apretaba, abría los dedos para dilatarme y me daba conversación para tranquilizarme: me preguntaba qué tal estaba, me hacía chistes para que me relajara. Y seguía trabajando allá donde la espalda pierde su bello nombre. Pese a que no me cabía por completo, yo estaba en éxtasis, me encantaba.

Llegado a un punto, después de hora y pico trabajando, tuvimos que dejarlo, era obvio que no iba a conseguir que entrara, pero me dijo que tenía muy buena proyección de futuro. Y aquí ando, todavía sin que me quepa un puño, pero sigo intentándolo.

Eso sí, yo no sabía dónde me había metido, porque no sólo le gustaba el fisting... Le gusta el BDSM y a mí me hizo entrar en este mundillo que ahora os comenzaré a contar
Buenas noches,


no revelaré mi nombre, por motivos obvios, porque en esta sociedad actual, en la que tanto nos gusta señalar, comenzando por mi primero, si se supiese quién soy, me marcarían, sería el bicho raro, el que en la cama se comporta de un modo anormal.


Este blog, como el propio nombre indica, no es más que un poco biografía de algo nuevo, algo que siempre me horrorizó y me escandalizó, el placer del dolor. Parece una auténtica paradoja, ¿verdad? Pues, en el fondo algo tienen que ver. Sólo tenéis que pensar: en una huida, con heridas graves y traumáticas, con huesos rotos, la gente puede huir, como si no hubiese mañana, sin que le duelan lesiones. ¿Por qué? Por las endorfinas, amigos, eso es lo que subyace al dolor. Las hormonas del placer. Lo que genera tanta incertidumbre y tanto rechazo en torno al BDSM.