el sexo convencional estricto, es como aquel cliente que entra en una heladería italiana de ensueño, repleta de sabores, colores y texturas, con miles de variaciones, y pide al dependiente: "Por favor, uno de vainilla"

sábado, 2 de junio de 2012

Cuando chasquee los dedos, tendrás el mayor orgasmo de tu vida.

Hoy os traigo una entrada fresca. Vamos y por tan fresca me refiero de hace menos de 5 horas. Bueno, pues vamos a ello. Creo que no lo he mencionado, pero no me considero exactamente sumiso, porque soy muy rebelde, es decir, ya me pueden ordenar algo que, como se meta entre ceja y ceja, ya puedo tener un collar puesto con cadena y que tiren de ella, que no me muevo. Sí, algo así como los burros.
Pues bueno, hay algo que ya he hecho un par de veces, a nivel recreativo, no a nivel sexual y que me había gustado mucho, vamos, que lo encontraba muy divertido, y es la hipnosis. Nunca había pensado que se podía aplicar a un campo como el sexo, pero... indudablemente sí.
Mientras cotilleaba en un de las múltiples redes sociales de estas de zorr... bueno, de perfiles y de conocer gente y tal, pues vi que me había cotilleado uno al que le iba la hipnosis. Pues nada, en esto que nos ponemos hablar y es tío encantador, superbuena gente y va y me hipnotiza por skype... sísísí, como lo oís, ¡por skype! Pero por hipnotizarme me refiero al punto de que de repente me hace caer en trance y me dice, cuando despierte vas a tener las manos atadas detrás de la silla... Y YO NO PODÍA SEPARAR LAS MANOS... y claro, yo cachondo como el que más...
Pues bueno, el caso es que llevábamos un par de horas hablando y me dice: "¿por qué no te vienes a mi casa?" Y claro, yo en vista de lo que bien que me estaba cayendo el muchacho y del estado en el que estaba pues me lavé los dientes (recordadlo, sólo tenemos dos juegos de dientes para toda la vida, y si estáis leyendo esto, los primero ya los habréis perdido) y en menos de una hora estaba en su casa.
Nos presentamos, tiramos para su casa, me lleva a la habitación y me pone de pie con los pies juntos. Cierros los ojos y me empieza a relajar y en cierto momento me dice "déjate caer hacia atrás" y yo en toda mi relajación me dejé caer a sus brazos. Estando ahí, me dice que me duerma profundamente y chasquea lo dedos y ya está, así fue como me anulé.
Os voy a ahorrar todos los jueguecitos de antes, que si brazo para arriba, brazo para abajo, para lo que os gusta: ¿cómo aplicar esto al sexo?
Pues bueno, tú imagínate que estás en tu trance y te dicen "cada vez que te roce un pezón vas a sentir pequeñas ondas eléctricas por tu cuerpo, como pequeños orgasmos" y mientras estás de pie, inmóvil por la orden "no te puedes mover. Eres como si fueras de plástico" de repente, te rozan el pecho y un gemido se te escapa de la boca y el tío sigue ahí y cada vez son más intensos.
Luego te coge en trance y te dice "cuando despiertes, vas a notar como si tuvieras tus brazos atados muy fuertemente, tus pies también y sintieras como si estuvieras colgando del techo" y abres los ojos y, de verdad lo notas, notas que no tienes suelo debajo y cada vez que te roza es como si tuvieras un pequeño orgasmo. Suena bien, ¿verdad?
Pues acabamos en la cama y me dio diferentes órdenes, como comémela y siente el mismo placer que si te las estuvieran comiendo a ti, o vas a tener el irrefrenable deseo de besarme, o vas a masturbarme como a ti te gustan que te lo hagan. Y tú lo haces, y no sabes si en realidad lo haces porque quieres o porque te gusta, pero lo que sí que te das cuenta es que estás notando cosas por tu cuerpo que jamás antes habías sentido. Descarga eléctricas placenteras que recorren todo tu ser. Vamos, simplemente deciros que durante las 2 horas de polvo (si hijos, sí... dos horacas) he tenido varias hiperventilaciones, pero es que no podía parar de respirar fuerte y rápido del nivel de excitación que tenía. A todo esto, el tío de vez en cuando me ordenaba cerrar los ojos y descansar y volvía yo a la marcha con unas ganas de acción... ¡LA VIRGEN!
Pero bueno, ya en cierto momento, me dice, "sólo te vas a correr cuando me pidas permiso" y yo acumulando ganas, y más ganas y más ganas Y MÁS GANAS y cuando pensaba que iba a reventar ya le digo "¿puedo correrme ya?" y me dice que sí entonces me hace caer en trance y me dice "cuando despiertes te vas a correr" y me despierto y el tío se me pone a trabajárselo y de repente que empiezo a notar como se acumula, y como se acumula, y como se acumula, y que yo no me podía correr y me dice "córrete" y chasquea los dedos y ya no había más: juraría que el orgasmo había sido interminable. Y le pregunto cuando terminamos "¿cuánto ha durado?" y me dice que más o menos lo normal, pero yo juro y perjuro que en mi fuero interno ha durado mucho más que un orgasmo normal, y que ha sido bastante más intenso.

Y ahora os pregunto,  ¿quién no quiere probar la hipnosis en el sexo?

1 comentario:

  1. Yo que siempre me había mostrado la mar de escéptico en este aspecto de la hipnosis en el sexo... debe de ser toda una experiencia, como bien dices.

    Me encanta el desparpajo con el que cuentas tu experiencia, sigue así!

    Un saludete!

    ResponderEliminar