el sexo convencional estricto, es como aquel cliente que entra en una heladería italiana de ensueño, repleta de sabores, colores y texturas, con miles de variaciones, y pide al dependiente: "Por favor, uno de vainilla"

sábado, 26 de mayo de 2012

Relleno como los pavos


Curiosamente y por avatares del destino, el día antes de conocer a "El Maestro" en vistas de que yo ya estaba interesado en el tema fisting pues había decidido comprarme un plug anal. Para los que no sepáis lo que es esto es una especie de consolador que van dilantando desde la punta hasta cierto punto (punto de máximo diámetro, que es lo máximo que puedes dilatar con el cacharro) y luego se estrecha bruscamente en un cilindro y al final tiene una base.

El plug gracias a esta forma permite quedarse alojado durante bastante tiempo en el ano, evitándose su escapada gracias a la brusca disminución de diámetro.

El que yo me compré por primera vez tiene unos 3.5 cm de diámetro y yo recuerdo que al principio, para poder métermelo tenía que ponerme un montón de lubricante y no podía tenerlo puesto durante mucho tiempo. De hecho os cuento todo esto porque os voy a contar el juego que da cuando tienes un compañero con quien jugar (en mi caso, "El Maestro").

Bueno, pues el caso es que la segunda vez que fui a quedar con él le dije que tenía uno, y me "ordenó" que me lo pusiera y fuera a su casa a verlo con él metido. Claro, yo no tenía asumido que su intención era que yo fuese por la calle con él metido. Pero entonces me lo explicó y yo lo hice. No sabéis la inseguridad que da eso, a la vez que morbo. Piensa, lector, que yo soy pasivo, entonces tener algo metido por el ano... pues como que me pone tontorrón, ¿no? Pues si vas con el plug puesto por la calle, según vas a andando se va moviendo, entonces tienes que ir apretando y segun aprietas se mueve. Entonces vas con la inseguridad de "ay, que se me sale" a la vez del morbo de "pfff... lo llevo dentro... y me encanta" porque es similar a tener un pene metido.

El caso es que en este caso me ganaba la inseguridad entonces iba continuamente tocándomelo, lo cual da una imagen bastante fea. Y de hecho "El Maestro" me lo dijo después que nos fuimos a dar un paseo mientras lo tenía puesto. Cuando yo le decía que notaba como si se fuese a escapar, era él el que con una palmada me lo metía... y hasta el fondo, de tal forma que a veces resultaba un poco incómodo, pero a la vez... pffff.... tremendo.

Ahora ya he llegado al punto de que puedo dormir con este plug y de hecho algún día he salido a desayunar tranquilamente con él puesto. Ya os contaré más batallitas con plugs

No hay comentarios:

Publicar un comentario